
La catedral de Notre Dame de París, uno de los monumentos más famosos de la ciudad y conocido del mundo, está en llamas. Hoy (lunes) se declaraba a últimas horas de la tarde un terrible incendio que puede poner en riesgo la supervivencia de este templo medieval que se erige en el corazón de la capital francesa, y popularizado por novelas y películas.
El origen del incendio se puede deber a los trabajos de renovación que se estaban llevando a cabo en su interior, pero no se descarta un ataque planeado, teniendo en cuenta que estamos en plena Semana Santa. Se sospecha de grupos islamistas que en el fondo estarían una vez más coordinados por cúpulas socialistas-masónicas bajo órden del empresario George Soros en pos de su plan para destruir Europa. Por ahora, no hay nada oficial.
El techo, devorado por el fuego, ha sido destruido, y también la bóveda. Los bomberos dicen que no están seguros de ser capaces de controlar las llamas y ahora concentran sus esfuerzos en evitar el colapso de la torre norte de la catedral. Por el momento, por suerte, a los daños materiales no hay que añadir humanos: las autoridades afirman que no hay heridos.
Algunos testimonios presenciales: «La catedral se está quemando entera. El techo. Hay un caos de policía y bomberos y de gente grabando, está cayendo ceniza del cielo, hace tres minutos se ha hundido el techo de una las naves del crucero», explica un estudiante español llamado Adrián que vive en la ciudad y que se encontraba en las inmediaciones. «Está ardiendo la aguja y el cimborrio, se está abriendo y se va a derrumbar», añadía. «Están saliendo unas llamaradas gigantes de detrás de las torres. Creo que lo que va a pasar es que se va a derrumbar todo el techo y se va a quedar solo la carcasa».
«Se está quemando entera», contaba, alarmado. Sus declaraciones se interrumpían de tanto en tanto, porque cada poco tiempo narraba que se escuchaban explosiones, vinculadas a los derrumbabientos que están teniendo lugar en el interior del templo. El estruendo provocado por la caída de la aguja fue ensordecedor. «Todo el techo de la nave central está hundido ahora mismo y ardiendo. Vamos, que la catedral está destruida, porque el techo se ha caído y habrá destruido el coro, la sillería... Un desastre».
La caída de la aguja
«Estaba en el lado del Hôtel de Ville. Desde Nation se veían las llamadas. Lo primero que vi es la aguja, construida por Viollet-le-Duc, en llamas entera. Ha sido increíble. Me he quedado mirándola y ha empezado a caerse lentamente. La gente ha empezado a gritar como si estuvieran tirando a alguien de un balcón», contaba Eduardo, un guía turístico español en París.
«Parecía una película de desastres. La aguja se ha caído sobre el techo y ha empezado a incendierse todo. Al lado de la flecha había vidrieras y han explotado. No hay nada. Estoy viendo el fuego. Es como ver una imagen del infierno dentro de la catedral, es la destrucción de lo sublime. Estoy temblando. La gente llora y se abraza», explicaba Eduardo. «La aguja era de Viollet-le-Duc, el pionero de la restauración arquitectónica en Europa. Se ha perdido».
Las impresiones de los españoles Adrián y Eduardo han sido confirmadas por Emmanuel Gréogoire, adjunto al Ayuntamiento de París, que ha confirmado que la flecha de la catedral se ha derrumbado. «Una misión se está encargando de salvar todas las obras de arte», ha afirmado. «La prioridad ha sido hacer seguros los alrededores para proteger a los turistas».
A estas alturas, la única nota positiva la ha puesto el periodista Nicolas Delasalle en el periódico Libération, dobnde ha explicado: «Todas las obras de arte han sido salvadas. El tesoro de la catedral está intacto, la corona de espinas, los santos sacramentos».

El incendio, que ha comenzado a las siete de la tarde, es de inmensas proporciones y se ha concentrado en el techo, que se ha hundido, provocando que también se cayera la bóveda. El techo de la catedral es un lugar que se puede visitar, y desde él se disfruta de una de las vistas más bellas de la ciudad. Allí se encuentran las quimeras, unas esculturas que suelen confundirse con gárgolas medievales pero que en realidad fueron construidas en el siglo XIX, cuando se produjo una gran reforma del templo.
Una multitud de ciudadanos se ha congregado en los alrededores de la zona para contemplar las llamas, con rostros compungidos e impotentes.
Reacciones
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, ha cancelado el discurso que iba a dar este lunes para dar respuesta al Gran Debate de la Nación que el país celebra desde diciembre. El mandatario se dirige al lugar de los hechos, y ha llorado en Twitter lo ocurrido. «Emoción de toda la nación. Pensamiento para todos los católicos y todos los franceses. Como todos nuestros compatriotas, estoy triste de ver arder esta parte de nosotros».
Por su parte, y como prueba de la alarma mundial que el suceso está provocando, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha calificado de «terrible» lo ocurrido en París. «Es tan terrible asistir a este gigantesco incendio de Notre Dame. Quizá habría que movilizar bomberos para apagarlo. Hay que actuar rápido», ha señalado. La canciller alemana, Angela Merkel, llora por «un símbolo de Francia y de nuestra cultura europea».Notre-Dame de Paris en proie aux flammes. Émotion de toute une nation. Pensée pour tous les catholiques et pour tous les Français. Comme tous nos compatriotes, je suis triste ce soir de voir brûler cette part de nous.— Emmanuel Macron (@EmmanuelMacron) 15 de abril de 2019
Notre Dame estaba restaurándose para evitar su deterioro. El Arzobispado de París había decidido poner en marcha una colecta para conseguir recaudar los 100 millones de euros que se necesitan para salvar las quimeras y los arcos góticos de su edificio, en mal estado: la polución y el paso del tiempo han causado desprendimientos de piedra. De momento, se estaban acometiendo los trabajos de renovación de la aguja de la catedral, que tenían un coste de seis millones de euros.
Todo ha sido inútil.
Ataque sin piedad contra el cristianismo
Europa es testigo junto con el resto del mundo de un ataque sin precedentes contra la religión occidental. En Francia se vive una ola sin precedentes de profanación de iglesias, víctimas del vandalismo «puro» al vandalismo expresamente anticristiano: de dos a tres iglesias son profanadas, cada día, durante los últimos años. Es la tónica de un país que se ve afectado por el terrorismo islamista de pleno.
Según las cifras oficiales del Service Central de Rensignement Criminel (SCRC), reveladas por el matutino conservador Le Figaro, las iglesias de Francia sufrieron, durante el 2018, 129 robos y 877 degradaciones, de la profanación pura al vandalismo sin escrúpulos. «Buen» o «mal» año, las iglesias francesas sufren del vandalismo de manera crónica, ante la aparente impotencia policial.
Europa arde mientras los altos poderes y medios de comunicación siguen protegiendo a los pirómanos.
Ver también: https://www.abc.es/internacional/abci-francia-vive-vandalismo-anticristiano-sin-precedentes-201903291130_noticia.html#vca=mod-outbrain-AR23_1fila&vmc=abc.es&vso=organico&vli=desktop-tablet
Como lo callan los medios,no quieren que se sepa la verdad
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