lunes, 25 de marzo de 2019

La guerra criminal de Obama llega a su fin: derrotado el Estado Islámico en Siria.

Confirman la derrota del Estado Islámico en Siria y finalizan ocho años de combates. Los refugiados podrán volver a casa.


Las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) han anunciado este sábado que han tomado el último enclave de Estado Islámico en Baghuz, en Siria, derrotando de esta forma al grupo yihadista.

Cae el último enclave de Estado Islámico en Baghuz (Siria).
Las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) han anunciado este sábado que han tomado el último enclave de Estado Islámico en Baghuz, en Siria, derrotando de esta forma al grupo yihadista.

“Las FDS declaran la eliminación total del autoproclamado ‘califato’ y la derrota del Estado Islámico. En este día único hay que recordar a los miles de mártires que han hecho posible esta victoria”, ha anunciado Mustafa Bali, portavoz de las FDS a través de la red social Twitter.

En un recóndito pedazo del desierto sirio, en el poblado de Baguz, fronterizo con Irak, ha dado sus últimos estertores el califato. En la noche del viernes, mientras la Casa Blanca se apresuraba a anunciar el fin del ISIS, los cazas de la coalición prestaron apoyo aéreo a los milicianos aliados que  recurrieron al fuego de artillería en tierra para acabar con varias docenas de yihadistas atrincherados detrás de una colina. “El último remanente de yihadistas se dividió en dos grupos, con uno parapetado detrás de la colina y otro que se dirigió hacia el Éufrates”, cuenta en conversaciones de WhatsApp un miliciano desde Baguz. Donde ayer ondeaban negras banderas del ISIS hoy han amanecido las amarillas y verdes de las FDS.


Para las milicias kurdas (que cuentan por más del 80% de las FDS) esta ha sido la última batalla de una guerra que comenzó en septiembre de 2014, cuando los yihadistas invadieron el cantón kurdo de Qobane, en el norte de Siria. El último combate de una operación lanzada hace seis meses para arrinconar progresivamente a miles de combatientes que huyeron de Raqa en 2017 con sus familiares hasta llegar a este desarrapado oasis. Muerto el califato, aún quedan miles de yihadistas activos en varias bolsas en el territorio bajo control del Ejército regular sirio, así como numerosas células durmientes activas en las regiones bajo control de las FDS.

“El ISIS está casi derrotado, pero ahora toca combatir a Al Qaeda, que son sus primos hermanos y comparten la misma ideología radical”, advierte por WhatsApp un soldado de las fuerzas especiales sirias apostado en los confines de la provincia de Idlib, fronteriza con Turquía. Se trata de la última comarca insurrecta que escapa al control de Damasco y que ha quedado bajo el yugo de Hayat Tahrir al Sham, un compendio de fuerzas yihadistas vinculadas a Al Qaeda.

El Estado Islámico ha supuesto el mayor desafío terrorista de la historia con una fuerza transnacional que superó los 60.000 muyahidines, según las cuentas de diversos servicios de inteligencia, contra el que 74 países —incluida España— se han unido en la coalición internacional para combatirlo. Desde el aire, los cazas de la coalición han lanzado más de 33.900 bombardeos contra objetivos yihadistas en Siria e Irak. En tierra, dos ejércitos nacionales (el sirio y el iraquí) y docenas de heterogéneas milicias y fuerzas paramilitares han combatido al ISIS.



Desperdigados en la región, los familiares de las víctimas piden justicia, ¿a quién?. Más de 5.000 personas han sido ejecutadas, decapitadas, lapidadas, quemadas vivas o lanzadas desde las azoteas de edificios por el ISIS, según el recuento del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos. Miles de mujeres iraquíes y sirias han sido secuestradas, vendidas como esclavas y violadas repetidamente de las cuales más de 3.000 permanecen desaparecidos. Cientos de menores han sido convertidos en niños soldado.

“Toca celebrar”, gritan exhaustos pero extasiados varios milicianos kurdos desde el frente. Aseguran que el descanso durará poco. EEUU ha advertido que sus tropas abandonarán Siria una vez acabado el ISIS. Desde el norte son las tropas del estado criminal turco, junto con milicias locales aliadas, las que han invadido el cantón kurdo de Afrin. Desde allí amenazan con proseguir camino para acabar con las milicias kurdas aliadas de Washington, a las que tacha de grupo terrorista. Previendo la salida de EEUU, el liderazgo kurdo ha entablado negociaciones con el Gobierno de Bachar el Asad. El resto de Siria tiene poco que celebrar hoy, tras entrar esta semana en el noveno año de contienda que ha dejado 370.000 muertos y al 83% de la población bajo el umbral de la pobreza.

Queda un largo camino aún para una paz que no llegará jamás para los Kurdos, mientras la izquierda siga apoyando a países criminales como Turquía, Qatar o Irán.

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